Autor Tema: El iniciático Camino de Santiago  (Leído 2027 veces)

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El iniciático Camino de Santiago
« : febrero 11, 2008, 01:06:10 »
Amigos foristas:

Esta entrevista que adjunto, que le hiciera tiempo atrás a Francisco Madroñal León, habla de su experiencia en la realización del Camino de Santiago.

Creo que su mensaje es muy positivo.

Mary-Su

ENTREVISTA

¿Por qué decidiste realizar el Camino de Santiago?

Quería conocerlo y sentirlo, sobre todo eso “Sentirlo”. Me ha atraído como un imán desde siempre, como si me llamase a un reencuentro después de mucho tiempo. Por eso decidí vivirlo en este año, en el que por fin tenía tiempo suficiente para poder hacerlo, intencionadamente en solitario para poder “Ver” y “Sentir” lo más intensamente posible cada lugar por el que pasase.

¿De donde partiste concretamente, cuantos kilómetros caminaste y cual fue el tiempo de recorrido?

Comencé a caminar en Pamplona, hospitalaria y acogedora ciudad Navarra, que según los carteles indicadores, esta a una distancia de Santiago de Compostela, y según las guías del Camino de Santiago esta a otra. Pero yo creo que realmente habría que hacer otra medición más exacta, ya que ambas pasan por alto la travesía de los cascos urbanos de los pueblos y ciudades que atraviesa, lo que va sumando kilómetros a la jornada. Por ello yo estimo que recorrí unos 730 kilómetros en los 22 días que tarde en hacerlo.

¿Qué experiencia en particular te trajo este Camino?

Un reencuentro conmigo mismo y la confirmación de que “el hombre” se puede convertir en “Ser Humano” y vivir en Armonía por encima de todas sus diferencias, religiosas, políticas, económicas, raciales, culturales, etc.

¿Es verdad que los peregrinos se cuentan entre sí sus vidas y anhelos?

No solo eso, se comparte de una forma impresionantemente solidaria todo, la experiencia del camino y de la vida, el cansancio y las ampollas, la comida y el agua, las penas y las alegrías. Puedo decirte que hay que vivirlo y sentirlo, son muchas las anécdotas que podría contarte. Pero me quedo con la de un peregrino anónimo, ni siquiera se su nombre, que sin su ayuda tal vez no hubiese podido terminar el camino. Era una etapa de 36 kilómetros, bellísima, pero rompedora de piernas, que me llevaba a Ponferrada. En las bajadas, que son durísimas, la pluriartrosis que tengo en la rodilla izquierda, ponía en peligro el terminar la jornada y la peregrinación, ya que a esto se sumaban unas impresionantes ampollas en la planta del pie de la misma pierna, que me hacia forzarla mas aun al caminar. El día anterior lo había pasado mal, debido a unas diarreas, estuve todo el día a base de líquidos y sin comer, por lo que estaba agotado. Sentado en una piedra del camino a la salida de un pueblo, planteándome si seguir o abandonar, se acerco a mi, me pregunto que como estaba. Le señale la pierna y le dije “Esta no me quiere dejar terminar”. Se descolgó su mochila y se puso a buscar en ella, saco una rodillera y me la regalo, saco un paquete de compresas para las ampollas y me las regalo. Permaneció a mi lado dándome ánimos mientras me las curaba y me colocaba la rodillera. Luego hizo un gesto que no olvidare nunca y por el que siempre le estaré agradecido. Extendió la mano con su báculo en ella y me dijo “toma te va ha hacer falta, le tengo mucho cariño, ya ha hecho varios caminos conmigo, pero lo vas a necesitar, sobre todos en las bajadas que vienen hasta Ponferrada, no me lo pierdas, allí nos vemos”. Se marcho, pero en Ponferrada no nos vimos, ni en las siguientes etapas, y su báculo y su recuerdo me acompañaron hasta la mismísima catedral de Santiago de Compostela. Yo había dejado olvidado el mió, en un alberge, días atrás. Desafortunadamente también deje olvidado el suyo en la estación del tren de Santiago. Espero y deseo que en mi siguiente peregrinaje a Compostela, el destino haga que nos volvamos a encontrar y en un abrazo de hermano darle las gracias.

¿Hay un antes y un después en Francisco Madroñal León luego de realizado este peregrinaje o todo volvió normalmente a sus carriles como si nada hubiese ocurrido?

Por supuesto, la experiencia ha calado hondo en mí. Principalmente las personas, personas que también hacían su camino y personas que, como los hospederos y hospederas o los habitantes de los pueblos que he conocido, me hablan de la condición humana del hombre, de fraternidad real, de una comprensión y comunicación sin palabras, de tolerancia y respeto mutuo, de entrega y sacrificio, de solidaridad sin reservas.
Los viajes a nivel onírico, significan cambios en la Psique del hombre que los realiza. Para mi poder haber realizado este viaje ha sido la escenificación de un sueño. Si, hay un antes y un después en Francisco Madroñal León tras el Camino de Santiago.

De acuerdo a tu experiencia, ¿Qué recomendarías a las personas que sueñan con lanzarse al Camino de Santiago y en que estriba la importancia de llegar al santuario compostelano?

En primer lugar les recomendaría que se preparasen no solo físicamente, que sea importante tener un buen fondo físico para andar tantos kilómetros, esta bien , pero ir preparado mentalmente para todo es tan importante o mas. He visto a varios verdaderos atletas abandonar. La dureza del camino no esta muchas veces en el número de kilómetros de la jornada o en la cantidad de subidas y bajadas. Esta en la soledad, esta en los pensamientos, en las reflexiones. El enemigo es uno mismo, no las piedras del camino.
La mochila es el bagaje existencial de uno mismo, deja atrás kilos innecesarios, para llenarlos de vivencias nuevas, no te faltara de nada. En muchas hospederías y alberges dice “Coge lo que necesites, deja lo que te sobre”. Es aconsejable que el peso de la mochila y su contenido sea inferior al 10% del peso corporal de uno.
Planificar bien las jornadas, para poder disfrutar de los lugares. Se trata de caminar, no de hacer una carrera contra los demás peregrinos para ver quien llega primero al mejor alberge. No hay por que ajustarse a las etapas establecidas por las guías. Márcate tu propio ritmo, son muchos días y hay que dosificar las fuerzas.
No olvidar nunca ser generoso y agradecido, respetar los silencios, reflexiones y descanso de los demás.
Aprovechad la oportunidad para practicar idiomas, el camino es cada vez más internacional.
Que no falte un cuaderno o agenda, vivirás una gran cantidad de experiencias que querrás recordar cuando la memoria falle.
Una cámara de fotos que no pese mucho, para recordar siempre el rostro de compañeros de peregrinación.
Pero sobre todo ganas de vivirlo, vivirlo con toda la intensidad que tu corazón te lo permita, desde el primer paso hasta el ultimo que te lleve a los pies de la imagen del apóstol, fin y principio de un nuevo camino, que siempre será diferente al ya andado.

La importancia de llegar al Santuario Compostelano, para mí, no esta o reside en recibir la compostelana que, como documento impreso que acredita que has realizado el camino o parte del, esta bien. La importancia real es la experiencia del camino, que queda culminada con el abrazo a la imagen del santo, quedando impresa para siempre en tu corazón, seas de la religión que seas, seas ateo, seas creyente, practicante o no, es algo que trasciende mas allá de los dogmas, y que hay que vivirlo para comprenderlo.
Colaboradora del foro templario de Jesús Ávila

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El Camino de Santiago, el Peregrino
« Respuesta #1 : febrero 12, 2008, 11:54:52 »
Hola Foristas:

Releyendo lo del amigo Madroñal León, se me ocurrió pensar en el relato de Paulo (o Paolo) Cohelo acerca de su experiencia en el Camino de Santiago. Fue este su primer libro, muy sentido, y se tituló El Peregrino.
A la par que el hoy famoso escritor transitaba el Camino con su guia italiano, se le iban apareciendo todos sus miedos, fantasmas internos, etc, en la figura de un perro que lo atacaba. Luego, al llegar a Ponferrada (sitio que algún dia prometo visitaré) en las ruinas de un viejo castillo templario, describe el autor una ceremonia de iniciación que me maravilla aún hoy.
Amigos foristas, si logran conseguirlo, por favor lean El Peregrino. No es quizá una "master piece" literaria, pero si una experiencia que bien pudiese ser la nuestra realizando dicho Camino. Cuando pienso que Madroñal realizí más de 700 kilómetros, no puedo a menos que decirme:"Guau, es todo un esfuerzo".
Un abrazo,
Mary-Su
Colaboradora del foro templario de Jesús Ávila