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Licio Gelli PDF Imprimir E-mail

 

 

La carrera política de Licio Gelli comenzó en España como voluntario de las Camisas Negras enviadas por Benito Mussolini a la guerra civil en apoyo del alzamiento del General Franco. Agente de la Italia fascista durante los años de la II Guerra Mundial y Oberleutnant de las SS, tras la Guerra Civil española fue enviado como enlace a Alemania, donde actuó como interlocutor con los oficiales del III Reich y el X2 de la OSS estadounidense (antecedente de la CIA). Su experiencia en inteligencia llevó a que su jefe Borghese le traspasara a la CIA tras la guerra, interesada en contener el desarrollo de los comunistas en toda Europa.

 

Su caso no es el único. Umberto Ortolani es otro ejemplo de la misma especie. Durante la II Guerra Mundial, Ortolani fue uno de los jefes del servicio de inteligencia militar fascista especializado en contraespionaje. Era un abogado católico, miembro de la logia P2 y con mucha influencia en el Vaticano.

 

Gelli creó la logia masónica Propaganda Due para dirigir la guerra política contra el comunismo en Italia. El viejo pistolero fascista se convirtió en el personaje central del dispositivo secreto del Pentágono. A través suyo se tejieron los hilos de Gladio que le permitieron convertirse en uno de los provocadores anticomunistas más señalados de la Guerra Fría época en la que, a la sombra, permaneció vinculado al Vaticano y a distintos sectores del poder en Italia. Asistió a las ceremonias de investidura de los presidentes estadounidenses Bush (padre), Carter y Reagan.

 

En 1993, cinco ex presidentes de gobierno, varios ministros y más de 3.000 políticos y empresarios fueron acusados, procesados o condenados por corrupción y asociación con la mafia. Entre ellos había también numerosos militares, funcionarios del gobierno y obispos. Uno de los implicados, Francesco Madonia, jefe de la Democracia Cristiana, cayó abatido a tiros tras la confirmación de la sentencia. Toda la cúpula de las fuerzas armadas y de los servicios secretos italianos estuvo asociada a la logia P2. Según el periodista alemán Jürgen Roth, desde 1983 Bettino Craxi, ex presidente italiano socialista, también fue corrompido con millones de dólares de la P2. De acuerdo con los planes de la P2, en sus cuatro años en el cargo aseguró mediante decretos del Gobierno, entre otras cosas, el imperio mediático del miembro de la P2, Silvio Berlusconi.

 

Gelli fue acusado de ejercer un papel fundamental en Gladio, así como de espionaje, sabotaje y chantaje, para lo cual recibió enormes sumas de dinero de la CIA que iban a parar a su bolsillo y al de su logia P2 a través del agente estadounidense Richard Brenneke. Ese dinero era utilizado para financiar operaciones especiales de la CIA así como el terrorismo fascista en los años setenta, cuyo origen eran el tráfico de drogas y de armas controlado por la agencia norteamericana.

 

Ante la magnitud del escándalo, el parlamento italiano designó una comisión que trabajó durante dos años, con la ayuda de 40 comisarios especializados en el crimen organizado, para desenredar los hilos. El 20 de mayo de 1984 se publicó el texto del informe de la Comisión, llamado Informe Anselmi, en la revista L'Espresso. Es la síntesis de unas 500.000 páginas de documentos, testimonios y declaraciones acumuladas por los investigadores, que ocupan un salón entero del Parlamento italiano custodiado día y noche por guardias armados. El Informe revela también los crímenes cometidos y las conspiraciones de golpe de Estado fascista en Italia (Operación Rosa de los Vientos).

 

Al destaparse Gladio en 1990, el escándalo llevó a la prohibición de las sociedades secretas, entre ellas la masonería, en Italia. La logia fue aparentemente disuelta y sus miembros acusados ante los tribunales por su implicación en varias tentativas de golpe de Estado fascista. En todas ellas estaba directamente implicado el Vaticano. Pero nadie se atrevió ni siquiera a sugerir la disolución de la Iglesia católica. Sin embargo, los vínculos entre la logia P2 y el Vaticano son de dominio público. En septiembre de 1978, el periodista Mino Pecorelli, antiguo miembro de la logia P2, había escrito un artículo titulado El Gran Alojamiento del Vaticano, dando los nombres de 121 masones dentro del Vaticano. La lista estaba integrada por cardenales, obispos, y prelados de alto rango. Los nombres de Jean Villot, su Ministro de Asuntos Exteriores, el cardenal Paul Marcinkus, jefe del Banco del Vaticano, y Pasquale Macchi, su secretario personal estaban en la lista.


Pecorelli fue asesinado a tiros el 20 de marzo de 1979.