Página 2 de 6 La extensión del movimiento cátaro La extensión del Movimiento cátaro es un fenómeno europeo. El catarismo llegó a Italia a través de Dalmacia donde existía una fuerte implantación Bogomil en el siglo XI. Por este mismo camino balkano-italiano vienen otros grupos europeos. En efecto, numerosas fuentes atestiguan de la presencia de comunidades dualistas en los siglos XI y XII en Renania, en Francia des Arras hasta Orleans, en Cataluña e incluso, según parece, en Inglaterra. Pero el Languedoc medieval, formado por el Albigeois, el Lauragais, el Carcassonnais, el Razéz y el Condado de Foix, aparece como el país cátaro por excelencia. Desde el final del siglo XII hasta el año 1209, el catarismo pudo organizarse como Iglesia en esta región. La implantación del catarismo en Occitania La expansión del catarismo sólo podía concebirse en una «civilización evolucionada, progresista y unida a unos principios de igualdad y de libertad todavía desconocidos en otros lugares.» La civilización medieval de Languedoc correspondía a estos criterios. Sin embargo, en Occitania, los cátaros nunca fueron mayoría, ni mucho menos. Además, por falta de datos suficientemente exactos y numerosos, no se pueden establecer estadísticas precisas sobre el reparto de los creyentes por clases Desde 1200 hasta 1250, todas las clases sociales contribuyeron a la formación de la secta. Los cátaros son burgueses, nobles, artesanos y labradores. Ocurre lo mismo desde 1250 hasta 1300. Desde 1300 hasta 1350, el empobrecimiento del catarismo en cuanto al número de personas no permite presentar un reparto, incluso aproximativo. Sin embargo, parece que durante los años 1209-1250, haya habido predominio de los nobles; durante los años 1250-1300, predominio de los burgueses ricos, banqueros, industriales, hombres de leyes, pequeños terratenientes, parecidos a los burgueses; durante los años 1300-1350, una mayoría de obreros de las ciudades y de los campos. Por añadidura, no está de más hacer notar y esto complica aún más las cosas, que el catarismo fue «politizado» de modos muy distintos según las épocas. Pero, evidentemente, todas estas consideraciones deben ser sometidas a revisión. Sería preciso también distinguir los hombres de las mujeres, incluso dentro de las clases sociales. En el primer periodo, las mujeres están seguramente más ligadas al catarismo que sus maridos y, que sin duda alguna, de un modo más auténticamente religioso. En la segunda fase, las burguesías juegan un papel mucho más discreto. En el último periodo, las labradoras parecen más adictas a los Perfectos, más caritativas y quizás más directamente comprometidas en la religión clandestina que los labradores. Como conclusión, el catarismo alcanzó más las clases aristocráticas y burguesas que las clases populares. Además, parece haber sido más urbano que rural. El número de Creyentes habría alcanzado en la región del Toulousain y del Lauragais, del 30 al 40% de la población entre 1209 y 1244.
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