Página 2 de 3 Pasaron varios años, y los turanios vencieron a los arios. Zohak, el rey turanio, convocó a las tribus arias en su fortaleza, para que reconocieran su poder. Ardjasp acudió también para observar a su enemigo. Tras el rey, se hallaba el templo de Angra-Mayniú (Arimán) el Tenebroso, Dios de los turanios, guardado por dos dragones-serpiente. Entonces trajeron a la presencia del rey una cautiva, una bella mujer que Ardjasp reconoció; era Arduizur, la mujer de la fuente. El rey ofreció la mujer al turanio que se consagrase a su Dios, vertiese su sangre en el fuego, bebiera sangre de toro y le prestase juramento. Si nadie la quería, sería arrojada a los dragones. Se presentó un caudillo turanio a cumplir con las condiciones, cuando la mujer, dirigiéndose a Ardjasp, le rogó que la salvara. El joven se lanzó contra el turanio, espada en mano, pero los guardianes le detuvieron, y estaban a punto de atravesarlo con sus lanzas, cuando el rey los detuvo y le dijo a Ardjasp: "Te otorgaré la vida, ofreciéndote a esta mujer, si me prestas juramento y te sometes a nuestro dios". Ardjasp, no estaba dispuesto a someterse y Arduizur lanzó otro grito. El se volvió de nuevo contra los turanios y se hubiera dejado matar, si sus compañeros no lo hubieran retenido. Perdió el conocimiento, y al recobrarlo, distinguió a la mujer atada a un caballo, que escoltada por soldados turanios partía hacia algún lugar desconocido. En esos momentos, Ardjasp recordó las palabras de Arduizur: -Aquel que beba de esta agua, será abrasado por una sed que sólo un Dios podrá apagar. Sentía sed de venganza y justicia, de liberar a Arduizur y a su pueblo de la opresión de sus enemigos. Ardjasp se presentó ante el patriarca Vahumano, quien ya conocía el rapto de Arduizur. -¿Qué quieres de mi? -Le preguntó al Maestro. -Tú eres sabio y poderoso. Vengo en busca de la luz y la verdad para mí, y de justicia y liberación para mi pueblo. ¿Posees la paciencia que desafía el tiempo? ¿Estás dispuesto a renunciar a todo por conseguirlo, y a sufrir por ello toda la vida? -Toma mi cuerpo y mi Alma; estoy dispuesto a todo por salvar a los arios y liberar a Arduizur. -Entonces te ayudaré -contestó Vahumano. Te quedarás con nosotros como discípulo y ya no regresarás con los tuyos. Tu nombre ya no será Ardjasp, sino Zarathustra, o Zoroastro, que significa Estrella o Esplendor del Sol. Serás servidor del Ahura-Mazda Omnisciente, el Viviente Espíritu del Universo.
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