Oh Luz! que bajas envuelta
en el vértigo de mil rayos
detente en la forma de mi nuca
y traspásame los ojos
para que percibiendo tu claridad
se disuelvan las tinieblas de mis dudas.
Oh majestuosa Presencia de Luz Divina!
penetra en cada uno
de mis temibles quehaceres
y bríndame el descanso
de morar en Ti.
Oh Dios Santo, Compasivo y Justo!
que abres Tus brazos y me atraes junto a Tí
perdóname por mi poca valentía
en aceptar Tu Voluntad
enséñame tu inmensidad
muéstrame tus pabellones
en las últimas fronteras del Universo.